Un dia de vida

Un dia de vida

martes, 9 de diciembre de 2008

Jennifer te vamos a extrañar!!


Luli te cuento que corría el mes de enero del año 1994, eran tiempos muy difíciles para mi. Había fallecido tu abuela Rosa en octubre del año anterior. Mi papá se había mudado a la casa que había compartido con mi mamá. Nunca habíamos tenido una gran relación, así que trato de agraciarse conmigo trayendo una cachorrita de 4 meses que lo había seguido en la calle. Así llegó Jennifer a casa. No tenia un perro desde que era muy chica, por lo tanto mi locura fue enorme. Me miraba con sus ojitos tiernos y me partía al medio y hasta el final lo siguió haciendo. Cada vez que me veía sentada llorando... apoyaba su trompita en mis piernas y me miraba fijo. Fue mi consuelo en esa época difícil, porque yo tenía 19 por ese entonces, y había perdido a la única persona que siempre había estado a mi lado.

Jenny fue la luz que me acompaño en al pesada carga hasta que llegó mama Mariana, y la adoptó como propia (en realidad fue la perra que la adopto a ella, la seguía a todas partes y se convirtió en su ama y señora, no dandome mas bola a mi cada vez que la llamaba).

Cuando llegaste vos a nuestras vidas fue un cambio enorme para ella, porque a pesar de tener 5 gatas con quien compartirnos siempre fue la malcriada. Pero ella te custodió con uñas y dientes ante los extraños que querían tocarte.

Cuando empezaste a caminar se nos complico la cosa... Jenny estaba viejita y veía y escuchaba poco, entonces ante cada grito tuyo sumado a sus celos hacia nosotras, te mostraba los dientes. Por lo tanto tuvimos que separarla de vos por precaución.
Tu cariño hacia ella no aminoró, te desvivías por darle su comida, cambiarle el agua y darle sus merecidas galletitas de premio. Incluso a lo ultimo cuando vos estabas en la bañadera y a la perra le tocaba entrar a casa (durante el día estaba en el parque del fondo y entraba a dormir a la noche), querías que viniera a saludarte, y vos la llamabas "JINY JINY JINY VINI" y le dabas una galletita de premio.
Los últimos días te la pasabas haciéndole mimos, parecía que con tus dos añitos supieras que el final estaba cerca.
Pero la vida no es eterna, todo tiene un final, solo me consuela saber que hicimos por ella todo lo humanamente posible. Se fue en mis brazos mientras le hacía mimos.
Jennifer te vamos a extrañar mucho. Nunca te vamos a olvidar.
Gracias por ser mi luz cuando mas te necesité, vas a estar siempre en mi corazón.